lunes, 8 de septiembre de 2014

ciclista nocturno

viajando con el frio se me vienen imagenes 
las recuerdo y muchas me hacen llorar
paisajes que se me negaron en la infancia
y que hoy me vuelven a ser ingratos
me confirman que soy ajeno a ellos
y yo me sigo aferrando igual
cada vez menos
despidiéndome de una parte de mi mismo

sera que el aire helado me hace ver
que quizás necesito vivir las mañanas
y entender por que sale el sol 
si hay que ser francos
también he dejado que me quiera demasiado
y le he pedido que me caliente la cama hasta que ya no me de frío levantarme
a veces creo que pasa justo despues de vivir el amor tan intensamente
hay olores que es imposible no seguir
y a quien no le gusta dormir una siesta de vez en cuando

el frio tambien me hace pensar 
(como varias veces he contado)
en que el miedo a la muerte es la aceptación de la desesperación como realidad
y negar lo real de lo efímero del instante en el que se vive
y anhelo una especie de vejez
que me permita elegir lo segundo
y despreciar lo primero al haberlo vivido tantas veces
como cuando duermo
por ejemplo ahora

1 comentario:

JOHN dijo...

Como las rosas en otoño quemadas por el sol de verano y botadas por el viento, siempre hacia abajo y jamas hacia arriba, el sol sale hacia arriba y en un agujero negro la luz se hunde infinitamente, el camino de la desesperacion es infinito porque las cosas se pudren para renovar cosas nuevas. La muerte es inexplicable y sincera, disfruta el viaje